Entre el 5 y el 9 de junio se realizó en Nairobi, Kenia, la II Asamblea de ONU Hábitat. Allí se presentó una declaratoria que insta a los países miembros de ONU-Hábitat a avanzar en políticas concretas, ancladas en los compromisos claves de la Nueva Agenda Urbana.
El tema principal de la Asamblea fue «Un futuro urbano sostenible a través de un multilateralismo inclusivo y eficaz: alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en tiempos de crisis mundial». Durante la sesión se trabajaron los progresos en la aplicación de la NAU y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y se dialogó sobre el plan estratégico de ONU-Hábitat, entre otras cuestiones.
En este marco, la Plataforma Global por el Derecho a la ciudad en conjunto con la Red Mujer y Hábitat ALC, HIC, la Comisión Huairou y otras organizaciones que trabajan temáticas de género y territorios, presentaron la Declaración: "Predicar con el ejemplo: una completa realización de los compromisos de la NAU para avanzar en un cambio estructural". En ella, se llama a ONU-Hábitat y a sus Estados miembros a:
Comprometerse a una implementación acelerada de la Nueva Agenda Urbana, para la transformación de los modelos de desarrollo urbano y económico, con el compromiso central de proteger la función social y ambiental de los territorios, apoyando iniciativas y programas comunitarios y sociales y solidarios, así como avanzando en la gestión democrática de las ciudades y territorios;
Reconocer y apoyar a los gobiernos locales y a las organizaciones de la sociedad civil como actores clave en el seguimiento e implementación de la NAU, partiendo de las iniciativas transformadoras que están impulsando dichos actores, considerando la ciudad como un bien común no lucrativo cuya gestión debe activamente incluir todo el tejido social;
Emprender una evaluación verdaderamente participativa del plan estratégico de ONU-Hábitat, con la participación de la sociedad civil, los gobiernos locales y regionales y otras partes interesadas a través de un Mecanismo de Participación democrático, inclusivo y auto-organizado.
Además, se destacan seis principios que deberían guiar el avance sobre los compromisos de la NUA:
1. Cumplir con la función social y ecológica de la tierra y asentamientos humanos, sirviendo a intereses sociales, económicos y medioambientales colectivos y sistemas de vivienda y alimentación justos.
2. Garantizar la integración de los principios y prácticas de la economía social y solidaria, mediante el apoyo a las iniciativas de la economía popular, reconociendo el papel de las y los trabajadoras-es informales en los sistemas y economías de las ciudades, así como la economía de los cuidados.
3. Comprometerse con principios y prácticas participativas, avanzando hacia la gestión democrática de ciudades y territorios, especialmente respetando los derechos de las mujeres, las personas empobrecidas, las minorías y los grupos marginados, los pueblos indígenas, las comunidades afrodescendientes y otras comunidades racializadas, las personas migrantes y refugiadas, las personas LGBTQIA+, las-os niñas-os y jóvenes, las personas con discapacidad y las personas mayores.
4. Combatir, prevenir y remediar los desalojos forzosos como una grave violación de los derechos humanos, en particular, del derecho a una vivienda adecuada.
5. Apoyo a la producción social del hábitat mediante su reconocimiento en las legislaciones nacionales, asistencia técnica y la facilitación de insumos asequibles, respetuosos con el medio ambiente y apropiados para el clima, entre otros.
6. Respetar, proteger y hacer realidad la igualdad de derechos de las mujeres y su derecho a la ciudad.
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